Diversos avances tecnológicos preocupan a la comunidad científica ya que podrían poner en jaque el derecho a la intimidad de la ciudadanía.
La principal preocupación de los expertos se posiciona detrás de lo que se denomina electro-encefalografía, una tecnología capaz de medir las ondas cerebrales que se activan cuando los usuarios pronuncian ciertas sílabas o números.
Actualmente existe en el mercado un casco llamado Epoc, creado por la empresa Emotiv, que utiliza las ondas cerebrales para llevar videojuegos a través del pensamiento. Esta tecnología permite registrar la actividad eléctrica del cerebro a través de electrodos situados en la cabeza, y traducirla a comandos entendibles por un videojuego.
Pero, este tipo de tecnología ¿podría piratear nuestros pensamientos? Según el investigador de la Universidad de Alabama en Birmingham Nitesh Saxena, Epoc también puede ser utilizado para adivinar a escondidas las contraseñas y códigos pin si el usuario efectúa operaciones bancarias mientras está jugando. Para demostrarlo, Saxena solicitó a unos voluntarios que se pusieran el casco y emplearan contraseñas y códigos PIN aleatorios. De esta forma descubrió que el dispositivo era capaz de establecer un vínculo entre las ondas cerebrales de las personas y lo que tecleaban en ese momento.
Sin embargo, este no es el único riesgo que representa este tipo de tecnología, según Tamara Bonaci, investigadora de la Universidad de Washington, la lectura de ondas cerebrales también podría poner al descubierto pensamientos más íntimos, como nuestras creencias y prejuicios. Ella explica que la utilización periódica de imágenes subliminales en un videojuego podría capturar las respuestas neuronales de los usuarios a éstas.
Hoy más que nunca es necesario que se creen nuevas leyes que hagan respetar el derecho a la intimidad de los ciudadanos ante el feroz avance tecnológico que se avecina.