El responsable del invento es Pablo Damián Gallego. Cuesta entre $699 y $2.699, según el modelo. La versión premium incluye una base de carga rápida con luz LED.
Pablo Damián Gallego es argentino, fanático del mate y durante años quiso encontrar una solución a un pequeño problema que enfrentan quienes pasan todo el día acompañados por esta bebida: la yerba se enfría si no se ceba el mate con frecuencia.
¿Cómo lograr que la yerba se mantenga caliente (y no se lave) si se dejan pasar 20 minutos (o más) entre un mate y otro? Esa pregunta le dio vueltas en la cabeza a Pablo durante mucho tiempo, hasta que un día encontró una solución: crear un mate eléctrico que se conecta a través de un puerto USB a la corriente.
De esta manera, se calienta el recipiente y, por ende, la yerba se mantiene en una temperatura ideal que, según Pablo, es apenas arriba de los 60 grados. Además, el mate no se lava tan rápido y se puede disfrutar de la bebida por un tiempo más prolongado.
«Hice varias pruebas con diferentes materiales y cantidades hasta encontrar el balance ideal», explica Pablo. Según cuenta, comenzó a desarrollar el primer prototipo hace siete meses para presentarlo en Innovar, una exhibición pensada para emprendedores y pequeñas startups que organiza todos los años la Secretaría de Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
«No gané ningún premio, porque era apenas un prototipo y faltaba hacer muchos ajustes, pero la primera vez que presenté la idea fue ahí», dice. El mate viene en diferentes modelos. El más económico, que se conecta directamente a la corriente a través de un cable sale $699 y el más caro, que cuenta con base de carga rápida QI y luz LED, vale $2.699. El producto, por ahora, sólo se puede adquirir a través de la página Mate Eléctrico.
«El mate es de acero inoxidable en su interior. La materia prima es toda de origen nacional, salvo por la tecnología de la base inductiva que la importo del exterior, porque no se produce acá», detalla el creador.
Para financiar este proyecto, Pablo recurrió a sus ahorros y préstamos. No descarta buscar inversores en el futuro, aunque, por ahora, todo el foco está puesto en comercializar el producto. Y ofertas no le faltan.
«Comencé a dar a conocer el mate hace poco: creé la cuenta de Twitter el fin de semana y la de Instagram hace apenas un mes y ya vendí todas las unidades que tenía en stock», explica, sin ocultar su sorpresa por este repentino éxito.
El próximo paso es una expansión internacional. «Me contactó mucha gente que está interesada en comprar el producto, pero además tengo ofertas para comercializarlo en Uruguay, Estados Unidos y hasta Suecia», detalla.
Pablo es un emprendedor nato. Dice que está acostumbrado a trabajar por su cuenta hace años y que nunca puede durar mucho tiempo en relación de dependencia. Le gusta apostar a innovar. «El amor que se siente cuando uno hace crecer algo propio es único, no se compara con lo que sucede en una empresa donde se trabaja para otros», reflexiona.
Pablo, que también es realizador audiovisual y tiene una productora, desarrolló Pandora Cine, un estabilizador y batería para cámaras de fotos que permite mejorar el rendimiento y desempeño de los equipos durante las filmaciones.
Además, el año pasado creó la página Inventos Argentinos, con el objetivo de potenciar a otros emprendedores. Surgió como una tienda online, pero ahora dejará ese rumbo y se convertirá en una suerte de «vitrina de inventos locales» para que la gente pueda contactar directamente a los emprendedores detrás de los proyectos.
A Pablo le sobran ganas. Y no descarta seguir explorando nuevas opciones. Lo que queda claro es lo que suyo va de la mano de la imaginación y los desafíos. «Tener incentiva y no dejar de crear. Eso para mí es lo más importante», concluye.