El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad COVID-19, continúa extendiéndose por el planeta y ya ha infectado a más de 13,2 millones de personas, mientras que la cifra global de decesos rebasa los 578.000 y la de los recuperados supera los 7,4 millones de personas.
El país más afectado es Estados Unidos, con más de 3,4 millones de contagios y más de 136.000 fallecimientos, seguido de Brasil, que supera los 1,9 millones de casos y acumula más de 74.000 muertos, y de India, donde se registran ya más de 936.000 contagios y 24.300 muertes. Por debajo se sitúan Rusia, que supera los 738.000 infectados y registra más de 11.500 muertos; Perú, que ya supera los 333.000 casos; Chile, con más de 319.000 casos; México, que roza los 312.000 casos; Sudáfrica, que se acerca a los 300.000 y el Reino Unido, con más de 289.000 contagios.
Irán, España, Pakistán e Italia rondan los 250.000 casos, al tiempo que Arabia Saudí y Turquía y Alemania ya superan los 200.000. Por encima de los cien mil contagios están Bangladesh, Francia, Colombia, Canadá, Qatar y Argentina. China, el epicentro original de la pandemia en diciembre de 2019, contabiliza oficialmente poco más de 83.600 infectados.
Como resultado de la expansión del virus, más de la mitad de la población mundial ha sido sometida a algún tipo de confinamiento, se ha impuesto el distanciamiento social y los desplazamientos han quedado paralizados, al igual que la actividad económica, provocando una grave recesión por todo el planeta.
Europa, que ya ha alcanzado los 200.000 muertos, parece haber superado la fase crítica de la epidemia y ha iniciado un proceso gradual de desescalada, al igual que varios países de Asia y de Oceanía. El foco principal de la pandemia se sitúa ahora en América, donde los contagios siguen creciendo de forma sostenida. Lo hace a una velocidad que, lejos de frenarse, se acelera semana a semana en este continente, con alrededor de 200.000 positivos diarios.