El 15 de febrero se conmemora el Día Internacional del Cáncer Infantil. La fecha tiene el objetivo de concientizar a la población y crear campañas de apoyo en la lucha contra esta enfermedad.
En Argentina el cáncer infantil, aun siendo una enfermedad poco frecuente, es la primera causa de muerte por enfermedad en el grupo de niños entre cinco y 15 años. Sólo es precedida por accidentes.
Se diagnostican un promedio de 1400 casos nuevos por año en todo el país, según cifras del ROHA (Registro Onco-pediátrico Hospitalario Argentino), que incluyen solamente a los niños menores de 15 años.
Aproximadamente dos tercios de estos pacientes, se atienden en hospitales públicos y gran parte de ellos se curan (70% en la mayoría de los casos).
Los cánceres en niños tienen características propias y muy diferentes a las de los adultos. Los más frecuentes en pediatría son: leucemias agudas, linfomas y tumores del sistema nervioso central. Sarcomas, neuroblastoma y retinoblastoma junto con tumores renales característicos de los niños completan el cuadro general.
Los avances en los tratamientos combinados, técnicas de diagnóstico y tratamiento, que incluyen biología molecular aplicada a ambas instancias y la tecnología de avanzada disponible en los centros de atención, hacen posible cifras de curación muy optimistas para una enfermedad tan agresiva.
Los cánceres de colon, mama, pulmón y ginecológicos comunes en la edad adulta, son excepcionales en pediatría.
Los Hospitales de Niños Dr. Pedro Elizalde y Ricardo Gutiérrez son centros de referencia y derivación en lo que respecta a patologías infantiles dentro del sistema de salud.
El primero cuenta con un Servicio de Hemato Oncología que recibe consultas de patologías hematológicas benignas y malignas. El grupo de trabajo está compuesto por médicos oncólogos, médicos hematólogos, residentes, médicos integrantes del Curso de Especialista Médico Hematólogo-Oncólogo y bioquímicos y técnicos, pertenecientes al servicio.
Por la parte del «Ricardo Gutiérrez», este cuenta con el servicio de oncología pediátrica que posee un comité de tumores, creado en el año 1965 (primero en el país) donde se definen los tratamientos en forma multidisciplinaria y personalizado a cada paciente, siguiendo lineamientos internacionales. El trabajo multidisciplinario incluye oncólogos pediatras, cirujanos de todas las especialidades, clínicos, nutricionistas, radioterapeutas, enfermeros, psicólogos y otras áreas del equipo de salud.
Preguntas frecuentes sobre el cáncer infantil
¿Qué incidencia tiene el cáncer infantil?
El término «cáncer infantil» generalmente se utiliza para designar distintos tipos de cáncer que pueden aparecer en los niños antes de cumplir los 15 años. El cáncer infantil es poco frecuente, pues representa entre un 0,5% y un 4,6%* de la carga total de morbilidad por esta causa. Las tasas mundiales de incidencia oscilan entre 50 y 200 por cada millón* de niños en las distintas partes del planeta.
¿Cuáles son los tipos de cáncer infantil más frecuentes?
Las características de la enfermedad en la niñez difieren considerablemente de las observadas en enfermos pertenecientes a otros grupos de edad. En general, la leucemia representa alrededor de una tercera parte de todos los cánceres infantiles. Los otros tumores malignos más comunes son los linfomas y los tumores del sistema nervioso central. Existen varios tipos tumorales que se dan casi exclusivamente en los niños, como los neuroblastomas, los nefroblastomas, los meduloblastomas y los retinoblastomas. En cambio, el cáncer de mama, el cáncer de pulmón, el cáncer de colon y el cáncer anorrectal, que suelen afectar a los adultos, son extremadamente raros en los niños.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Hasta la fecha se han identificado tan solo unos pocos factores de riesgo en relación con el cáncer infantil, entre ellos las radiaciones ionizantes y la toma de dietilestilbestrol durante el embarazo (una hormona que ya no se utiliza como tratamiento). Algunos cánceres infantiles también guardan relación con la constitución genética, como sugieren las diferencias en las tasas de incidencia entre poblaciones étnicamente distintas. La predisposición individual, por razones genéticas, también puede ser un factor decisivo. Algunos estudios sugieren que ciertos virus como el EBV, el virus de la hepatitis B, el virus del herpes humano o el VIH también pueden incrementar el riesgo de padecer determinados cánceres infantiles.
¿Es posible la detección precoz del cáncer infantil?
La mayoría de los cánceres infantiles inicialmente presentan signos y síntomas inespecíficos, lo que puede hacer que se detecten en fases ya avanzadas. En los países de ingresos altos, donde los niños suelen estar sometidos a una estrecha vigilancia tanto médica como parental, las posibilidades de una detección precoz son mucho más elevadas. En cambio, en los países de escasos recursos existen además otros obstáculos adicionales que dificultan una detección precoz, como la falta de acceso a los servicios de salud y la escasez de medios de diagnóstico.
¿Qué posibilidades de curación tiene el cáncer infantil?
En los países de ingresos altos, aproximadamente el 80% de los niños con cáncer sobreviven durante cinco años o más después del diagnóstico. La mejoría de estos resultados ha dado lugar a un creciente número de supervivientes a largo plazo que necesitan tratamiento y atención complementarios. El pronóstico es bastante peor para los niños con cáncer de los países de ingresos bajos y medianos, y ello por varios factores, tales como: el diagnóstico tardío del cáncer, que conlleva niveles más bajos de eficacia de los tratamientos; las carencias de los hospitales, desprovistos de los medicamentos y suministros adecuados; el padecimiento de otras enfermedades en el paciente; y la falta de conocimientos sobre el cáncer entre los dispensadores de atención primaria. Además, los tratamientos quedan simplemente fuera del alcance de muchos padres de entornos de escasos recursos que tendrían que pagar los gastos médicos de su propio bolsillo.