En el marco de la Semana Santa, como todos los años, ayer se llevó a cabo la Misa Crismal en la localidad de Gobernador Roca. La misa fue presidida por Monseñor Juan Rubén Martínez y concelebrada por todos los sacerdotes de la Diócesis de Posadas.
Misa de vital importancia, ya que en ella se realiza la bendición de los oleos que serán usados en las parroquias para los sacramentos de iniciación cristiana (bautismo, unción de los enfermos y confirmación) y además los sacerdotes celebran su día, reafirmando el compromiso con la Iglesia a través de las promesas sacerdotales.
La misa fue presidida por Monseñor Juan Rubén Martínez y concelebrada por todos los sacerdotes de la Diócesis de Posadas.
Cada parroquia y cada comunidad envió a sus representantes para retirar los óleos que fueron presentados en las comunidades anoche en la misa del Jueves Santo , celebración que recordó la institución la Eucaristía, se realizará el lavatorio de los pies.
Durante la Homilía, Monseñor llamó a los sacerdotes a hacer un llamado a la reflexión sobre el llamado y el servicio diario en las comunidades: “Cuando somos pastores estamos cerca del pueblo y tenemos sentimientos hacia nuestra gente. Tenemos que tener compasión y no dejarlos solos”.
Además también llamó a los fieles a ser “un pueblo maduro, que no sea clericalista y termine dañando a la Iglesia. Respetar los roles y ser parte de la Iglesia.”
Monseñor Juan Rubén Martínez además llamó a “Ser líderes responsables y comprometidos con la gente. Ser líderes y no jefes. Líderes que sean como Jesús, humildes y con el corazón dispuesto a servir. Un servicio que se da a diario y que nos llama tener desafíos acompañando a la gente”.
Fragmentos de la Homilía:
Es muy importante poder compartir en esta mañana la alegría de algo tan significativo como es la Misa Crismal. Aquí iniciando la semana pascual. Es la semana más importante porque es el Misterio Central de los cristianos.
Hoy haremos juntos la bendición del Santo crisma que usaremos con el pueblo de Dios. Aquí también nos anticipamos a lo que viviremos esta noche. La institución de la Eucaristía y del sacerdocio.
Hoy jueves, viviremos en nuestras comunidades la noche de la caridad. Ahora celebramos esta misa para anticiparnos con los sacerdotes y renovar las promesas sacerdotales.
Aquí, en esta celebración está representado el pueblo de Dios, con los laicos, los sacerdotes y los diáconos. Hoy hacemos visible a la Iglesia Universal que está de forma plena en cada una de las diócesis. Queremos agradecerle especialmente a Dios en esta celebración.
Hoy estamos llamados a cumplir la misión que es evangelizar. Decirle gracias a Dios por ese servicio. Queremos especialmente recordar el servicio y el llamado que él nos hizo. Él nos llamo a los sacerdotes a cada uno de manera especial. Tratamos de responder y somos agradecidos.
Sabemos también que la mies es mucha y los operarios son pocos. Aquí ponemos inquietudes que tenemos.
Es importante agradecerles, a los sacerdotes, el sí que diariamente renuevan con su vida, dándola en el ministerio. Aquí también está todo el pueblo de Dios acompañando al sacerdocio.
Es bueno poder compartir y poder pensar algunos aspectos de nuestra vida sacerdotal. La Eucaristía es muy importante y estamos ligados al misterio. La Eucaristía es la Pascua, es ahí en ese momento donde se da la experiencia profunda del amor de Dios. La eucaristía es el momento de la redención del sacrificio por amor.
Ahí en el altar está el amor. Esa es la misa del señor, que actualizamos cuando celebramos la eucaristía. Eso es el amor y la caridad pastoral. Allí es el primer lugar donde decirle que sí, ese es el momento en el que nos llama, nos elige. Recordamos que cada llamado es particular y lo es también cada respuesta. qe actualizamos cuando celebramos la Eucaristía
Nosotros miremos a Pedro en quien podemos sentirnos representados. El día de la pesca. Jesús les dijo vengan conmigo y los haré pescadores de hombres. El mismo relato está también en el Evangelio de Lucas, allí esta m{as completo ese mismo relato. Allí les dice “Pedro metete mar adentro”. Pedro le responde “no pasa nada con la pesca”, pero sin embargo confía en él. En ese momento Pedro dimensiona su pobreza, en ese momento se siente indigno.
Jesús le dice a Pedro “No Temas”. Ahí está el sí. Y este sí lo vamos renovando desde el amor de él mismo y lo hacemos desde nuestra pequeñez.
En aquel tiempo estaban los doce que capaz no entendían para que Jesús los había elegido, pero compartieron con él, aprendieron a diario de la primera fuente. Eso también nos pasa a nosotros, los sacerdotes vamos aprendiendo a diario, en el contacto con él de a poco vamos entendiendo y viviendo el amor de Dios.
Hay una escena muy linda en el relato de Marcos, el relato de la multiplicación de los panes, que habla de la tarea catequística de aquel tiempo. Dice la palabra “Muchos venían cansados y contaban lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo Vengan a un lugar a descansar. Y no pudieron descansar. El señor vio mucha gente y tuvo compasión de ellos “ovejas sin pastor”.
Entonces hoy nosotros podemos preguntarnos cuales son nuestros sentimientos y cuáles actitudes.Tenemos sentimientos de compasión como los que tenía Jesús? Somos compasivos ante las situaciones de dolor. Es importante tener compasión por todos, pero en especial por los más pobres y necesitados, los adictos, los abandonados y los que se sienten vacíos.
Pensar en la vida, en la rutina y preguntarnos si sentimos compasión y amor. Si no lo sentimos, para que estamos? Un pastor va mirando siempre a Jesús y va teniendo los mismos sentimientos.
Algo importante es la bibliografía es de hechos de los apóstoles, que es muy buena y nos cuenta como vivieron los apóstoles. En ese grupo había pares de hermanos que hablaron con el Señor y le dijeron “Queremos que nos concedas lo que te pedimos, sentarnos uno a la derecha y el otro a la izquierda. En ese momento Jesús les hace una catequesis directa del servicio y les dice “El que quiere ser grande será su servidor, el hijo del hombre no vino a ser servido, vino a servir”.No es fácil entender el servicio cuando te nombran para algo. Muchas veces el mundo no entiende y te juzga.
Jesús le dice a los que son jefes “el mundo obra de otra manera” somos llamados a entender el poder. Somos difíciles de entender cuando somos pastores. Muchas veces nos mimetizados y dejamos de ser pastores, pasamos a ser jefes. Lo sorprendente es que podemos ser lideres desde la pequeñez y la sencillez.
Quien es jefe pierde la alegría del servicio y eso nos afecta. Hay algo que nos afecta y mucho, lo nombrábamos en la carta cuaresmal y es el clericalismo, que daña y muchas veces no permite madurar a los sacerdotes.
El Papa Francisco, nos habla de los riesgos del clericalismo. Le escribe una carta al cardenal que está a cargo de los obispos y de la comisión de América Latinay dice “es importante observar y sumar otro elemento para prestarle especial atención. El clericalismo no ayuda a madurar, nos hace perder muchas veces el rumbo”.
La misión de los sacerdotes es llevar la buena nueva, llevar el evangelio. El clericalismo es malo y va apagando el servicio, nos hace que nos olvidemos de la sacramentalidad. Nosotros como servidores debemos acompañar al pueblo. Eso fue lo que vivieron los apóstoles.
El Señor dialogo con Pedro, y lo hizo después de haber vivido tantas cosas. Hoy queremos renovar ese momento, renovar el misterio y el compromiso sacerdotal. En ese dialogo Jesús le dijo a Pedro: “Pedro me amás?”, si Señor, sabes que te quiero le respondió.
Entonces nosotros también tenemos que preguntarnos, nos lo preguntamos… Cuánto amamos al señor? Qué amamos? Cómo amamos?