Feriantes de Yacutinga y Santa Rosa recibieron insumos de Agricultura Familiar

Las abundantes lluvias que cayeron en estas semanas, afectaron profundamente a los productores misioneros, especialmente a los que trabajan a cielo abierto. Es el caso de los feriantes. Hace unos días, el diputado Martín Sereno (Partido Agrario y Social) estuvo en la Colonia Yacutinga, Municipio de Roca con un grupo de agricultores que atraviesan una situación difícil, y les plantearon sus necesidades solicitando gestiones para solucionarla.

«Nos reunimos con los feriantes de algunas colonias que confluyeron en Yacutinga, que están muy preocupados por la situación climática que afecta a muchas familias. Me interioricé sobre cuáles son las problemáticas, y cómo se pueda avanzar. En ese sentido gestionamos con la secretaria de Agricultura Familiar de la provincia, Marta Ferreira, y volvimos a Yacutinga y Santa Rosa con acciones concretas y urgentes para los pequeños productores, que en este caso fueron las coberturas plásticas que pedían para proteger los invernaderos».

Por estos insumos agradeció la rápida respuesta de Agricultura Familiar, quien «ante nuestra gestión, su titular no sólo resolvió rápidamente, sino que personalmente se acercó y nos invitó a acompañarla hasta Roca a dialogar e interiorizarse sobre las necesidades de las familias productoras. También colaboró con insumos el presidente del Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial (IFAI), Ricardo Maciel. Faltan muchas cosas por hacer; pero dimos un primer paso importante para estos compañeros feriantes que tanto necesitan», expresó el legislador.

«No nos sobra la plata para invertir»

En la reunión mantenida el lunes pasado, Darío Gómez, un pequeño agricultor de Colonia Santa Rosa, ubicada a unos cinco kilómetros de Yacutinga, contó que la mayoría de los feriantes tienen entre 16 y 17 años de antigüedad en la tarea de producir.

«La mayoría coincidimos en la cantidad que producimos: cebollitas, perejil, mandioca, lechuga, por ahí en temporada un poquito de tomate, morrón; pero lo que más hacemos es mandioca, lechuga y rúcula», dijo.

Todos trabajan en familia porque en realidad no disponen de la capacidad económica como para contratar personas. «Entonces tratamos de hacer lo que podemos, y siempre a nivel escaso porque no somos muchos».

El joven explica que ser feriante surgió como una necesidad de trabajar cuando terminó la secundaria. Corría el 2000, el 2001, comenzó la crisis, y no se podía solventar una carrera universitaria, y el trabajo en la chacra era una opción. «Empezamos a vender en esa época, y también los mismos productos íbamos sustentando a la familia. Trabajábamos a bajo nivel porque tenemos pocos recursos».

Dio como ejemplo que actualmente para producir bajo cubierta hay que hacer una inversión muy alta; contar con plásticos, media sombra, una autobomba, mangueras. «Para cada techo completo estamos hablando de una inversión de 10 mil pesos más o menos; después está la madera, que a veces se puede sacar del monte. Algunos son costos que podemos afrontar, pero el tema de los plásticos y otros insumos encarece el trabajo, y en realidad no nos sobra esa plata para invertir», destacó Gómez.

Proteger los productos es fundamental

Y sucede que cuando después de mucho tiempo, los feriantes logran tener un invernadero, si viene una tormenta, y pierden todo, y en ese momento carecen de una asistencia de emergencia que los pueda rescatar.

«Eso me pasó a mí, que en un momento cuando estaba en la mejor época de la producción, llegó una tormenta y perdimos lo que teníamos, quedamos en el último escalón, y tuvimos que volver a remontar, porque a veces en un año juntamos unas monedas en una alcancía, hacemos un invernadero con gran sacrificio y de golpe perdemos todo y hay que volver a sembrar y ya no es un producto de buena calidad. No podemos competir con verduras de afuera si tenemos unas de invernadero, por la situación climática, por la humedad, el sol, son muchos factores en contra. Se necesita producir bajo cubierta para tener una buena calidad y entrar al mercado con calidad y continuidad, de lo contrario no sirve», aseveró.

En Roca hay muchas familias de feriantes, cerca de la mitad de las colonias trabaja en forma directa o indirecta, porque a veces cuando hay buena producción no pueden solos; entonces los ayuda un familiar o un vecino. «Antes, básicamente la colonia era de producción yerbatera; pero como la yerba fue decayendo, nunca llegó a ser rentable nuevamente, y la gente se volcó a plantar verduras, a hacer mandioca, porque bien o mal, el alimento es lo que siempre se vende. La gente se puede privar de otras cosas; pero nunca va a dejar de comer», reflexionó Gómez.

«Todos los pequeños agricultores la estamos remando»

Este es un pantallazo que hicieron los feriantes en la reunión con el equipo del PAyS, hablaron acerca de que todos los colonos están padeciendo la misma situación: «No es que la mitad está bien y la otra mitad mal. La realidad de la agricultura es que todos la estamos remando», coincidieron.

Lo que más solicitan es apoyo con insumos: plásticos, mangueras, y semillas en tiempo y forma, porque la mayoría «nos llegan siempre a destiempo, fuera de temporada, y no se puede guardar por ejemplo las de zapallo. Hay que plantar ahora y si nos entregan en noviembre para el año que viene no germina más. Es una semilla que no sirve ni para las gallinas. Y no son cosas difíciles, porque si se tramitan en tiempo y forma deben llegar a término. En época de producción las semillas de estación tienen que estar. Además así nosotros podemos prever qué tipo de semillas tenemos para organizarnos y saber dónde y cómo plantar», señalaron hombres y mujeres cuyo sustento es la producción de alimentos.

También necesitan la implementación de alguna máquina para hacer un reservorio de agua, porque saben que tienen que pensar a largo plazo. «Ahora estamos en una época lluviosa, hay agua por todos lados; pero llega el verano y se termina. Y cuando tenemos una vertiente si pudiéramos contar con una máquina que tenga la capacidad de hacer un reservorio en torno a esa laguna, podemos abastecernos», concluye.

«Hace 17 años que soy feriante y es la primera vez que me asisten»

Teresa Bogarín es una agricultora de Colonia Yacutinga. Ella es una pionera que viaja todos los sábados a la Feria Franca de Villa Cabello, desde hace más de 16 años. Produce principalmente verduras, y cuenta que podría hacer mucho más si tuviera un poco de colaboración en cuanto a semillas y carpas sobre todo, porque el clima en Misiones «nos viene castigando muchísimo, y merma la producción porque no tenemos protegida la plantación».

No pide mucho, solo cobertura para su producción. «Hace 17 años que soy feriante, plantamos acá y vamos a vender a la Feria Franca de Posadas. Este es mi medio de vida, planto cebollas, perejil, acelga, mandioca, a veces tenemos tomate y morrón. Pero sin invernáculo es muy difícil, se necesita una carpa para proteger las verduras del clima, y nunca en los 17 años recibí una carpa, que es lo que más necesitamos. Sé que cada tanto entregan; pero no alcanza para todos, y a mí nunca me tocó. A mis compañeros sí, pero a mí nunca me llegó», reclamaba unos días antes de que el diputado Sereno llegara con los insumos de Agricultura Familiar. A la mujer se le caían las lágrimas de sorpresa y alegría. Por fin, en 17 años, recibía la cobertura para sus productos.

Teresa cuenta que en la feria se vende bien, solo cuando llueve afloja la venta. Los gastos de los sábados son combustible para la camioneta en la que viaja con su hijo, las bolsitas y la cuota de la mesa societaria. «Por eso es importante contar con la carpa, para poder producir más», reiteró la productora.

«Si el Municipio arreglara los caminos sería una gran ayuda»

Otro de los feriantes, Gastón Jacobi, tiene varios invernáculos con producción de verduras, un gran trabajo que se vio deteriorado por las inclemencias del tiempo. Se le rompieron los plásticos, y se queja de que no haya asistencia «cada vez ocurre el mal tiempo. Seguramente tengo más del 50% de pérdidas», lamentó.

Agregó que «nuestra producción se daño por tanta agua que viene de arriba, pero al mismo tiempo brota de abajo y pudre el suelo. Pedimos asistencia técnica y económica: semillas, riego, plásticos para salvaguardarnos cuando tenemos semejantes pérdidas. No hay que olvidar que un sobre de semilla de morrón cuesta 3500 pesos, y un plástico para la cobertura entre 3800 y 4000 pesos».

El hombre hace cuatro años que trabaja como feriante, y reclama que el Municipio arregle los caminos porque para ellos es muy importante poder sacar los productos para vender en la Feria Franca de Villa Cabello y Santa Rita, de Posadas.

«En la colonia, antes de esta lluvia estuvimos 15 días sin agua y nadie se enteró. Creo que ni el intendente, Nelson Lukoski (FR), supo de nuestra necesidad. Nos sentimos solos en todo sentido, y acá el que se dedica a la chacra es porque tiene coraje, no es fácil; pero siempre tenemos esperanza de que Agricultura Familiar, el IFAI o alguien del Gobierno se acuerde de nosotros que somos laburantes».

Para Gastón, la situación de todos los agricultores de la zona es la misma. «No estamos bien; ningún agricultor puede tirarse a descansar. Siempre somos víctimas del clima: lluvias, heladas, sequías, y no se puede prever esa situación, y ahí es donde es necesaria la asistencia del Estado, que los que gobernantes vayan previendo esa situación con anterioridad a que ocurran las inclemencias del tiempo», manifestó Jacobi.

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