El Papa pidió hoy a una delegación de estudiosos de Lutero «asumir lo positivo y legítimo que tuvo la reforma» así como «tomar distancia de sus errores».
El papa Francisco pidió hoy a una delegación de estudiosos de Lutero «asumir lo positivo y legítimo que tuvo la reforma» así como «tomar distancia de sus errores» y convocó a los cristianos a «la reconciliación y la unidad».
«Somos todos conscientes de que el pasado no puede ser cambiado», dijo el Pontífice este viernes al recibir a los participantes del seminario titulado «Lutero 500 años después», en ocasión de un nuevo aniversario de la reforma del teólogo alemán que marcó el origen del protestantismo.
«De todas formas hoy, tras cincuenta años de diálogo ecuménico entre católicos y protestantes, es posible hacer una purificación de la memoria, que no consiste en la realización de una impracticable corrección de lo que pasó hace quinientos años, sino en contar esta historia de una manera diferente, sin más rastros de ese rencor por las lesiones sufridas que distorsiona la visión que tenemos el uno del otro», aseguró durante el encuentro en el Palacio Apostólico del Vaticano.
«Hoy, como cristianos estamos todos llamados a liberarnos de los prejuicios hacia la fe que profesan los otros con un acento y un lenguaje diverso, a intercambiarnos el perdón el uno al otro por los pecados cometidos por nuestros padres, y para invocar a Dios con el don de la reconciliación y unidad», les dijo el Obispo de Roma.
«Profundizar sobre la figura de Lutero y su crítica contra la Iglesia de su tiempo y el Papado contribuyen ciertamente a superar el clima de mutua desconfianza y rivalidad que por demasiado tiempo ha caracterizado la relación entre católicos y protestantes», reflexionó.
«El estudio atento y riguroso, libre de prejuicios y polémicas ideológicas, permite a las Iglesias, hoy en diálogo, discernir y asumir lo positivo y legítimo que hubo en la Reforma, y de tomar distancia de sus errores, exageraciones y fallos, reconociendo los pecados que llevaron a la división», indicó.
Francisco visitó en octubre último la ciudad sueca de Lundt para participar de conmemoraciones por los 500 años de la reforma y convocó a las dos Iglesias a «trabajar juntas».