A pesar de las fuertes limitaciones que, en 2018, tuvieron la mayoría de las provincias para sostener la obra pública con fondos propios, cinco distritos lograron destinar un importante volumen de recursos a bienes de capital.
Según un informe de la consultora IARAF, San Juan (27,3%), Santiago del Estero (27,2%), Misiones (18,1%), CABA (17,2%) y Córdoba (16,6%) fueron las provincias que más fondos invirtieron en obras. Mientras que en el otro extremo, las jurisdicciones que le dieron una menor importancia relativa al gasto de capital fueron Buenos Aires (5,5%), Entre Ríos (5,5%), Santa Cruz (6,8%), Tucumán (8,3%) y Chaco (8,8%).
“En el caso de CABA y Córdoba destinaron una mayor parte del gasto a las erogaciones de capital, ambas con una participación superior al 15%. En el otro extremo se encuentra Buenos Aires, donde el gasto de capital presentó una participación del 5,5%”, precisa el estudio.
“Se destaca la provincia de La Pampa, que destinó el 13% de las erogaciones totales al gasto de capital. En el otro extremo se encuentra la provincia de Santa Cruz, con una participación del gasto de capital del 6,8% en el gasto total”, agrega el IARAF.
La provincia de Misiones, en tanto, presentó el mayor coeficiente de gasto de capital/gasto total en relación con el producto bruto y la densidad poblacional, con el 18,1%. Finalmente, dentro del grupo de baja densidad poblacional y bajos ingresos se destacaron las provincias de San Juan y Santiago del Estero con una participación del gasto de capital superior al 27% en el total. Por su parte, Salta tuvo la menor participación (8,9%).,1%, en tanto que Entre Ríos niveló una participación del 5,5% de las erogaciones de capital.
Los datos de la consultora completan otro relevamiento similar realizado por el IERAL, que indicó que entre 2015 y 2018 cayó en 17 distritos la cantidad de obras públicas financiadas por las provincias, mientras que el año pasado se profundizó el volumen de inversiones vía endeudamiento. Sólo se incrementó en Córdoba, Santa Cruz, Corrientes, Santa Fe, CABA y Buenos Aires.
La radiografía sostiene que “si se comparan los niveles de IRD en 2015 y 2018, Córdoba muestra el mayor aumento en este indicador, con +2,2 puntos porcentuales del Producto Bruto Geográfico (PBG), mientras que Formosa fue la provincia que más contrajo la IRD (-14 pp del PBG)”.
“En 17 de 24 provincias se observaron reducciones en la IRD entre 2015 y 2018, cuando se mide en términos de PBG, mientras en 6 provincias aumentó”, afirma. Ese último sexteto incluye, además de Córdoba, a Santa Cruz (+1 punto porcentual del PBG), Corrientes (0,5), Santa Fe (0,5), CABA (0,4) y Buenos Aires (0,2).
Si la lupa se aplica, en tanto, en 2017 y 2018, se observan “diferencias marcadas entre regiones”. Por caso, en la región pampeana, Córdoba y La Pampa son las provincias con mayor inversión pública en los dos últimos años (4,0% y 4,5% del PBG en 2017, y 4,4% y 3,2% en 2018, respectivamente), mientras en el otro extremo se ubica la provincia de Buenos Aires, con una IRD de alrededor de 1% del PBG.
En tanto, remarca el estudio, “CABA muestra una alta IRD cuando se mide en términos per cápita, pero no resulta tan elevada cuando se lo hace en % del PBG”. Y si la mirada es apuntada puntualmente a 2018, el Ieral resalta que ”en 2018 disminuyó la porción de la inversión pública provincial que es financiada con endeudamiento”. Un escenario previsible que se da de la mano de las graves dificultades que enfrentan este año las provincias para tomar deuda, como coletazo de la crisis que derivó en el retorno de la Argentina al FMI.
Según el estudio, el 2018 “finalizó con un nivel de IRD más transferencias de capital por alrededor de 1,9% del PBI, guarismo inferior al observado en 2015 y 2017”.
“La inversión pública resulta fundamental para el crecimiento económico, pues conduce a incrementar la cantidad y calidad de la infraestructura que permite aumentar la productividad de las empresas y mejorar la calidad de vida de la población”, destaca el informe.
La IRD a cargo del sector público incluye el gasto en trabajos públicos (“obra pública”) y en bienes de capital. Además, suelen existir transferencias de capital entre niveles de gobierno, para que el receptor ejecute inversión pública: de Nación a provincias, de provincias a municipios y, menos frecuentemente, de Nación a municipios.
Fuente: Ámbito