Los arroyos son elementos muy importantes como fuentes de agua potable. Actúan como “arterias” para el movimiento de los materiales a través del paisaje. Por lo tanto, un arroyo puede demostrar las condiciones en que se encuentra el ambiente que lo rodea. Por ello, se inició el plan de monitoreo de los arroyos de la ciudad a cargo de la Secretaría de Salud, Medio Ambiente y Desarrollo Humano.
Este programa que se lleva a cabo desde la Dirección de Laboratorio Bromatológico y la Dirección de Gestión Integrada de Cuencas Hídricas, tiene por objetivo caracterizar las cuencas de los principales arroyos de la ciudad, conocer el estado de situación de los mismos y realizar gestiones e intervenciones para mejorarlos.
¿Qué significa el monitoreo de arroyos? A través de la observación de los cambios físicos, biológicos y químicos que se dan dentro y a lo largo de un curso de agua se puede definir cuáles son los procesos naturales que mantienen la calidad de un arroyo y también reconocer cómo las prácticas del hombre modifican las propiedades del mismo.
Este lunes se estuvo trabajando en la cuenca media del Zaimán, a la altura del Bypass y el barrio “El Porvenir I”, donde se realizaron tareas de reconocimiento de la zona y muestreo del agua. Esta tarea continuará durante la semana en la cuenca baja de dicho arroyo, en el tramo de los barrios A4 “Nueva Esperanza” y “Santa Rosa”.
Monitorear los arroyos es importante porque a través del análisis de los materiales que transportan los arroyos que surcan la ciudad, se puede determinar cómo las diferentes prácticas de manejo afectan la calidad del agua. Más aún, los cursos de agua brindan información acerca de las condiciones del ambiente de los cuales ellos son parte. Por ello, estas acciones se realizarán también en los arroyos Mártires, Itá, Antoñica y Vicario, que también forman parte de este programa.