#Nutriama: Dietas famosas

Sabemos que los alimentos están compuestos en tres partes o macronutrientes principales: las proteínas, los carbohidratos y las grasas. Con ellos nos nutrimos y nos aportan las calorías necesarias para nuestras actividades diarias. Nuestro cuerpo, para su normal funcionamiento, requiere de estos tres grupos de nutrientes, sin embargo cada grupo aporta de diferente manera la energía necesaria.

Por eso existen distintos tipos de dietas que aumentan o disminuyen macronutrientes y que puede aplicar un nutricionista en un paciente determinado, y en el peor de los casos se puede realizar en forma independiente  porque la encontró en internet o alguien se la recomendó.

Veamos algunas de ellas:

  • Dieta Cetogénica: se reducen los hidratos de carbono y se aumenta el consumo de grasas, para de esta forma oxidar grasas. Suena contradictorio, pero al reducir la energía que nos proporciona los hidratos de carbono, el cuerpo comienza a utilizar las reservas de grasas y forma cuerpos cetogénicos. El cerebro usa estos compuestos como fuente de energía ante la falta de glucosa. Puede utilizarse (en casos especiales) para reducir sintomatología de epilepsia, pero a la vez puede producir dolores de cabeza, mareos y vómitos, debido a que los cuerpos cetónicos resultan tóxicos para el organismo. La persona que realice este tipo de dieta debe beber abundante agua para eliminar esta sustancia. Se la puede utilizar en pacientes obesos, pero con el control correspondiente, para evitar efectos adversos.
    Una vez que la realiza y comienza a comer en forma normal, se puede recuperar todo el “peso perdido”, ya que la pérdida de peso puede ser a expensas de agua y músculo, pero también de grasa corporal. También recibe nombres como Atkins, Keto.
  • Dieta Hiperprotéica: se basa en el aumento de proteínas en alimentos como las carnes y los huevos (también con suplementos proteicos), excluyendo alimentos ricos en hidratos de carbono como el pan y la pasta. Puede ser beneficiosa para las personas que deseen bajar de peso, ya que al consumir mayor cantidad de proteínas dá mayor sensación de saciedad, además de que ayuda a conservar la masa magra del individuo durante la pérdida de peso. Puede causar acidez, y en casos que la función renal esté alterada empeorarla. También recibe nombres como: Paleo, proteica
  • Dieta Detox: es aquella en que más que nada se ingieren jugos, a base de vegetales y frutas, es deficiente en proteínas e hidratos complejos, así como también puede serlo en grasas. Se pierde rápidamente peso, pero más que nada a expensas de agua y músculo. Por lo que al recuperar la dieta normal se recupera todo los kilos perdidos rápidamente.
  • Dietas a base de batidos: son todos aquellos que provienen de mercado, los más conocidos son los de Cormillot o Herbalife. Están formulados a partir de proteínas y micronutrientes, se reconstituyen con leche descremada o agua y reemplazan comidas como desayuno y/o merienda. Pueden venir adicionados con hierbas o compuestos que supuestamente ayudan a quemar grasas. Producen descenso de peso drástico, pero nuevamente si el individuo retoma su dieta habitual puede recuperar su peso o inclusive más.
  • Dieta del metabolismo acelerado: en el libro asegura que todos volvimos lento nuestro metabolismo con tantas dietas hipocalóricas (bajas en calorías) lo cual tiene su lógica. Esta dieta consiste en rotar los grupos alimenticios en tres etapas, la primera es rica en hidratos de carbono, la segunda en proteínas y la tercera en grasas. Es muy estricta e imposible de mantener en el tiempo.

Todas estas dietas tienen algo en común, son hipocalóricas, es decir, bajas en calorías. Por lo que cuando se realizan hay un déficit calórico, y nuestro organismo va en búsqueda de las reservas para solventar esta falta de calorías.

Lo esencial en cada una de ellas, es no dañar nuestra salud a expensas de perder peso y lograr bajar más que nada grasa en el proceso.

Lic en Nutrición, Jessica Bordón MP 278

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Ig y Fb: nutriama.salud

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