El cementerio de Posadas tiene 16 hectáreas y una capacidad máxima para 16 mil cadáveres, a pesar de eso fueron sepultados más de 34 mil cuerpos.
Por esa razón, el municipio comenzó aplicar la ordenanza que está vigente de 1982, la cual establece que pasado cinco años, el cuerpo debe pasar a nicho o cremación.
En el 2015 el cementerio llegó a su máxima ocupación y por ese motivo desde febrero del 2016 comenzaron con el trabajo con el cual ya se trasladaron 1600 cuerpos.
En promedio, el cementerio realiza unas siete sepulturas diarias. En este proceso de reordenamiento, se traslada una cifra similar de cuerpos diariamente, entre cinco y diez.
Se estima que el trabajo llevaría unos diez años, para lograr todo el “reacomodo” previsto.
“Todos los que están en sepultura de tierra pasan a nicho, si están al día con las tasas. Los que no están con la tasa al día, finalmente pasan a fosa común. El proceso lleva unos seis meses, tras todos los trámites con los familiares”, explicó el director del cementerio, Alberto Penayo.
Penayo precisó que “encontramos deudas de 18, 25 años, familias que trajeron cuerpos y lo abandonaron. Todo esto entra en juego a la hora de decidir qué hacer con los restos”.
El director del cementerio manifestó que si este proceso se hubiera hecho desde 1982, cuando entró en vigencia la ordenanza, hoy no estarían en esta situación de colapso.