«El trabajo es bastante amplio; buscamos desnaturalizar la violencia de género, promocionamos la igualdad a través de charlas, talleres, folletos, teatro e intervenciones directas, porque el problema es muy grande y está enraizado en toda la sociedad, es como que subyace en casi todos los órdenes”. Habla, en ese sentido, de la conducta machista que lleva a la desigualdad y a la violencia que se ejerce casi de manera natural ya no solo contra las mujeres, sino también contra aquellos que integran los colectivos de diversidad sexual.
«Necesitamos cobertura territorial en Misiones»:
Las tres promotoras, Verónica González, Malvina Lara y Susana Schoemberger, coincidieron al afirmar que el trabajo que realizan necesita una cobertura provincial, tal como propone la diputada Myriam Duarte que busca a través de una Ley, que el ProGen cubra a toda Misiones.
“Esa idea nos parece excelente porque es una iniciativa necesaria, urgente, donde el Estado valore el recursos humanos que conformamos las promotoras del ProGen como eslabón necesario para comenzar el cambio, y erradicar la violencia de género. Nosotras sabemos desde la experiencia; lo vivimos; deconstruimos lo que aprendimos, nos empoderamos después de aguantar y soportar, del miedo y de la vergüenza y pudimos salir después de mucho sufrimiento, y estar en un círculo de donde no podés salir. El ProGen es una herramienta fundamental para trabajar en todo el territorio. Necesitamos capacitar a más promotoras ante tanta violencia. Creemos que es urgente la Ley que promueve la diputada Duarte, y su puesta en práctica. Necesitamos cobertura territorial en toda Misiones».Un problema que está en la raíz de la sociedad:
Las promotoras sostienen que en los talleres buscan alertar, explicar qué es el género, dónde comienza la desigualdad social a partir de la construcción que parte de la misma raíz de la sociedad, de la política, de la educación, de la propia cultura que promueven actitudes que provocan violencia de género, y crean estereotipos que van limitando la vida de las mujeres y propiciando la desigualdad. «Esto es muy amplio y tratamos de trabajar desde la raíz, para que se entienda que violencia no es sólo lo que se ve, sino algo que está mucho más profundo, que subyacente, con consecuencias que después se traducen en abusos o femicidios, es decir en violencias concretas e irreversibles», definen.
Insisten que el abanico de violencia no es solamente, esa violencia física que cualquiera puede detectar, sino también la psicológica, que daña la autoestima y controla comportamientos; la sexual, que implica imponer pautas o prácticas sexuales no deseadas; la económica patrimonial, que priva de recursos y de medios indispensables para la vida digna y la violencia simbólica, que pone a la mujer en situación de inferioridad frente al varón.
«Hay mayor compromiso social, pero aún falta mucho»:
«A veces muchas de estas situaciones no las percibimos, porque lamentablemente las mujeres estamos más expuestas y somos más vulnerables y por lo tanto, cuesta reconocer los propios derechos, como que está naturalizado que así tenía que ser”, definen las promotoras que celebran que la semillita que vienen sembrando con estos temas, desde hace muchos años, está germinando: «Vemos que el cambio existe, que se involucran, que participan. Los vecinos casi ya no tienen miedo de involucrarse ante un disturbio familiar. Hay mayor compromiso social; pero todavía hace falta muchísimo trabajo, sobre todo territorial, para poder comenzar a ver cambios generales recién dentro de algunos años”, sentencian.
El Progen promueve también los derechos de las mujeres al igual que a los hombres, a pesar de que algunos están desvirtuados. Es una herramienta, dicen, para la mujer que no sabe cómo hacer para salir de ese círculo, y ayuda a defenderse, a independizarse y a darse cuenta que pueden salir de cualquier situación de violencia, que son capaces de trabajar y vivir por ellas mismas sin necesidad de depender de nadie.«Vivimos la violencia desde adentro y eso ayuda a la capacitación»:
Si bien pasaron por etapas institucionales de capacitación, las mujeres del Progen aseguran que “haberla vivido de adentro a la discriminación y la violencia es lo que más capacitación nos dejó, además de la práctica, de ponerle el oído a la víctima y de acompañarlas por las distintas instituciones. Por eso nos empoderamos, porque lo vivimos y lo conocimos. No hay un libro para cada violencia, ni una sola forma de salir; pero es importante tomar conciencia del problema”, enfatizan.
En la actualidad son 19 promotoras las que están trabajando, conformadas como grupos y subgrupos, dando charlas, capacitaciones para salidas laborales y asistencia a las víctimas, “con roperos comunitarios, con tazas de leche, con obras de teatro, haciendo todo tipo de concientizaciones por los barrios”.
La charla ante los jóvenes inscriptos en la Oficina de Empleo buscó alertar sobre la discriminación por motivos de géneros, a partir de involucrarlos para que entiendan la problemática “y que no quede solo en una charla, sino en algo más profundo. Que participen, que comenten y abran el debate para que salga a la luz lo que se piensa y lo que se ve, que lo repliquen en su entorno, para reeducarnos, para que se puedan deconstruir los patrones culturales que tenemos súper arraigados y que se fortalecen, incluso desde los medios de comunicación, porque la violencia está tan instalada desde distintos espacios, que necesitamos que puedan mirar distinto, desde una perspectiva mucho más amplia», expresaron estas luchadoras que saben bien de lo que hablan por haberlo sufrido.